Fibromialgia
conocida con las siglas (FM)
La fibromialgia se caracteriza principalmente por
producir un dolor generalizado del sistema músculo esquelético y un cansancio
persistente. La OMS (Organización Mundial de la Salud) la considera enfermedad
desde 1992 y afecta a entre un 2% y un 7% de la población
general, pero todavía hoy genera muchas dudas y
controversias, tanto en su diagnóstico como en el tratamiento.
Está considerada una enfermedad reumatológica,
pero hasta la fecha, aunque todo parece indicar que su origen es neurológico,
no se han encontrado causas orgánicas demostrables, por lo que son sus síntomas en
conjunto los que la definen y caracterizan: dolor en músculos, huesos, ligamentos y
articulaciones, cansancio, insomnio, dolor de cabeza o ansiedad, entre otros.
La fibromialgia puede desarrollarse a
cualquier edad en ambos géneros, aunque es más común en mujeres entre los 20 y
los 50 años. Su principal dificultad radica en que genera un sufrimiento real,
la respuesta de enfermedad se activa en el organismo, pero se desconoce un
origen común como pueden ser las infecciones, la degeneración o la inflamación.
No existen unas causas específicas conocidas
que produzcan la fibromialgia, sin embargo parece que los genes podrían tener un papel relevante y
hacer que algunas personas tengan una mayor predisposición a padecer esta
enfermedad.
Las últimas investigaciones han revelado que existe una alteración
del sistema neurológico que lleva a un mal
funcionamiento de las vías del dolor, modificando la percepción del mismo, y produciendo otros
trastornos asociados, como la falta de sueño o el agotamiento.
Aunque no
se sepan los motivos exactos, sí que hay una serie de factores que
pueden actuar como desencadenantes, como un accidente o un problema grave. En general aquellas
situaciones que nos generan mucho estrés.
Hay que tener en cuenta tres factores:
·
La fibromialgia es una enfermedad crónica pero no es degenerativa.
·
Evoluciona en brotes, por lo que en su transcurso se pasa por etapas
mejores y peores.
·
No existe un tratamiento curativo, pero sí se pueden aliviar los síntomas y
conseguir un mayor bienestar general.
La forma cómo se acepta y afronta el dolor es crucial para mejorar la
calidad de vida de las personas con fibromialgia y para ello la terapia
psicologica nos puede dar las herramientas necesarias, además de servirnos
de ayuda para superar la ansiedad, tristeza o apatía que suelen acompañar a la
enfermedad.
En cualquier caso será nuestro médico, de familia, reumatólogo o de una Unidad
de Fibromialgia y Fatiga Crónica, quien nos indicará de forma individualizada
qué tratamientos son los más adecuados para nosotros, así como las pautas a
seguir para encontrarnos mejor y poder afrontar, en la medida de lo posible,
los retos de cada día.
Esta información esta recopilada de
varias páginas de internet.
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